Conectar desde el corazón para movilizar la acción

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Artículo publicado originalmente en la Revista OBJETIVO 2030 en este enlace

Por: Marcelo Cataldo - Presidente de Tigo Colombia

En Tigo Colombia siempre decimos que nuestro propósito es conectar cada vez a más colombianos. Esta declaración, que se siente tan directa y contundente, tiene para nosotros un sentido más profundo: conectamos con nuestras redes y con infraestructura para que el país pueda estar comunicado; y también con nuestros grupos de interés, promoviendo un uso responsable y creativo de las tecnologías digitales, que nos permita hacer clic con el planeta y generar valor. ¿Cómo lo hacemos?, quiero compartirles algunas de mis reflexiones.

Parte de la respuesta está en una frase tan de cajón como verdadera: el activo más importante de las empresas es su gente. En Tigo, nuestros empleados son la base para fomentar una mayor responsabilidad ambiental. Por esto, movilizando este potencial y combinándolo con el quehacer del negocio, encontramos oportunidades para minimizar nuestro impacto ambiental y, a la vez, contribuir a la mitigación del cambio climático. A veces las mejores soluciones están en el fondo y no en la forma, están en las personas y no en los procesos.

Comprendiendo esto, en 2018 se creó el Voluntariado Ambiental Tigo. Hoy, 280 colaboradores son promotores de buenas prácticas para reciclar y disponer los residuos, especialmente los que resultan de los aparatos eléctricos y electrónicos, imprescindibles en la industria de las telecomunicaciones, y para la reducción de su huella de carbono personal. Nuestra apuesta de cultura ambiental no termina en la empresa; transciende hasta los hogares de los empleados, su entorno y comunidad. A 2020 hemos impactado 27 mil personas a través de 7 mil horas de voluntariado, incluyendo una modalidad digital, resultado de la pandemia, que lejos de detenernos nos llevó un paso adelante. Cuando crees que lo estás haciendo bien siempre hay algo que te dice que lo puedes hacer mejor. La clave es la innovación, aplicada a todo nivel.

De esta manera seguimos avanzando en el camino de la sostenibilidad y la cultura ambiental. Como parte de nuestro Programa de Uso Racional y Eficiente de la Energía y el interés de varios empleados en el tema, desde 2010 nos hemos concentrado en la aplicación de energías renovables en los procesos, la búsqueda de equipos y luminarias más eficientes, así como su modernización. Como resultado, en 2020, ahorramos 23.930 GigaJulios, equivalentes al consumo de energía mensual de aproximadamente 43.732 familias, dejando de emitir a la atmósfera 1.352 toneladas de CO2.

Hay temas que siempre deben estar sobre la mesa, pensarse y repensarse: movilidad sostenible, eficiencia energética, reducción de huella de carbono por traslados, todos pueden ser integrados desde la operación del negocio, generando ese equilibrio social, ambiental y económico. En nuestro caso, lo hemos aplicado con múltiples estrategias como el proyecto Lanceros, orientado a optimizar viajes por daños, y con el que logramos, por tercer año consecutivo, reducir kilómetros de desplazamiento de vehículos que prestan servicio técnico, evitando la emisión de 904 Ton de CO2, con soluciones proactivas a los clientes para una experiencia de servicio mejorada. Nuestra flota eléctrica es otro ejemplo.Los dos camiones destinados a actividades logísticas recorrieron el año pasado 8.779 kilómetros, lo que equivale a dejar de emitir a la atmósfera cerca de 4.7 Ton de CO2. Integrar acciones ambientales a la cadena de valor es la mejor forma de vivir la sostenibilidad mostrando coherencia e inspirando a los grupos de interés.

Conscientes de nuestro impacto en la generación de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), junto a nuestro aliado Wodem, hemos rehabilitado 285 toneladas de módems y decodificadores de la operación fija, ahorrando agua y energía por la no importación de nuevos equipos, y beneficiando a personas con capacidades especiales, cognitivas y físicas que realizan esta labor. Además, tenemos alianzas con Ecomunidad y Botellas de amor, para fomentar el manejo de residuos como plásticos de un solo uso o luminarias, pilas y aceite quemado. Esta cadena la completamos con la formación y evaluación periódica en sostenibilidad de nuestros proveedores estratégicos, y por eso, esta es mi reflexión final: multiplicamos los resultados cuando trabajamos juntos, creamos redes colaborativas y compartimos nuestras capacidades en pro de los entornos y comunidades donde estamos (ODS 17: Alianzas para lograr los objetivos).



Artículo publicado originalmente en Revista OBJETIVO 2030 en este enlace