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El desarrollo sostenible: un reto de acción urgente

El desarrollo sostenible: un reto de acción urgente
  • Nos acercamos a la próxima UNGA (Asamblea General de Naciones Unidas), llegamos justo a la mitad del tiempo que nos fijamos para la ambiciosa agenda de desarrollo a 2030; y también, entonces estamos a la triste noticia de que nos quedan solo 7 años para cumplirla.
  • Sigo siendo optimista frente al progreso del desarrollo sostenible, porque sé que, desde cada esquina, construyendo sobre lo construido, o inventando soluciones innovadoras y diferentes, podemos avanzar en la dirección correcta.

Debí escribir esta columna hace unos 4 meses, sin embargo, en ese momento, pensaba que todavía estábamos tan lejos de la próxima UNGA (Asamblea General de Naciones Unidas), que hablar de ella, y de cómo estábamos acercándonos justo a la mitad del tiempo para cumplir los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), iba a parecer irrelevante.

Hoy, a menos de mes y medio del evento, al contrario, parece urgente.

A finales de septiembre nuevamente se reunirán los lideres del mundo en Nueva York, y esta no será una Asamblea cualquiera. Los retos que han traído estos últimos años: la pandemia del COVID-19, la guerra en Ucrania, la crisis climática exacerbada, y las promesas mismas de reforma de la ONU, -que han generado tanta controversia-, todo ha creado presiones sobre el logro de los ODS. Eso convertirá a esta Asamblea en una reunión especial y de trascendencia.

Llegamos justo a la mitad del tiempo que nos fijamos para la ambiciosa agenda de desarrollo a 2030; y también, entonces estamos ante la triste sentencia de que nos quedan solo 7 años para cumplirla. Con tan solo un 18% de las metas a nivel global con buen progreso para alcanzarse (SDG Tracker) y un lento recorrido en muchos países para alcanzar a cumplirla.

Y lo que ya sabemos, el secreto a voces que se oye en ONGs, Naciones Unidas y demás multilaterales es que probablemente este septiembre se adoptará una nueva declaración (un Plan de Acción para acelerar el Progreso de los ODS), en el cual se acepta el retraso en el esfuerzo global por alcanzar los Objetivos y sus metas, y que tal vez se necesiten a partir de ahora, 15 años más. Con esto, la discusión seguirá centrándose en qué debería incluirse en términos de acciones reales para el alcance de los ODS y en los medios de financiación para su implementación.

Es justamente esto lo que hará esta reunión tan relevante. Evidentemente se necesitan más años para alcanzar las ambiciosas metas planteadas, más esfuerzos financieros, y más acciones de todos los sectores, porque, aunque los ODS lograron movilizar a 193 países, y fueron construidos sin distingos entre norte y sur para “no dejar a nadie atrás", permitiéndonos visibilizar la importancia de un lenguaje común; no hemos hecho lo suficiente para pasar del lenguaje a la ejecución. 

Lo que está puesto sobre la mesa, además de celebrar los avances de manera optimista de los 17 ODS, es la necesidad de un balance real, un ¿cómo vamos?, en las metas de superación de la pobreza, equidad, cuidado del medio ambiente, la paz y la justicia social, y en como se han involucrado gobiernos, ciudadanos y empresas.

Hay avances claros en muchas materias, Brookings Institute en su reporte “La segunda mitad de la era del desarrollo sostenible: qué podemos hacer diferente, resalta avances recientes en la reducción de la mortalidad o el acceso al saneamiento básico a nivel global. También, agrega que, desde que se adoptaron los ODS, se han promulgado más de 200 reformas legales en más de 100 países para abordar la violencia doméstica, penalizar el acoso y prohibir la discriminación de género en el empleo. Y en emisiones de gases de efecto invernadero, muestra países como Reino Unido que ha logrado reducciones de una quinta parte de sus emisiones. 

Lo llamativo de este análisis, es que nos da un impulso y confirma que, si estamos avanzando de manera tangible en lograr el desarrollo sostenible, y que muchos países y ciudades se han movido de la retórica a la acción.

Este tipo de estudios, así como, los avances que presenta el Departamento Nacional de Planeación en Colombia, que muestra como el país está en un 72.1% de cumplimiento de las metas, o el reporte reciente de la Cámara de Comercio de Bogota sobre el aporte del sector privado al alcance de los ODS, generan ese ¡si se puede! que tanto necesitamos creernos y escuchar.

Ante esta realidad, nos corresponde al sector privado seguir teniendo un rol activo, contribuyendo a la acción, medición y avance para que las aceleremos y escalemos esos proyectos que impactan positivamente todo el territorio nacional.

Sigo convencida de la importancia de las alianzas público-privadas para que, como empresarios, podamos caminar de la mano del Gobierno Nacional y los gobiernos locales, asegurando que cumplimos las exigencias por la sostenibilidad de los ciudadanos y de nuestros consumidores. También sigo siendo una optimista frente al progreso del desarrollo sostenible, porque sé que, desde cada esquina, construyendo sobre lo construido, o inventando soluciones innovadoras y diferentes, podemos avanzar en la dirección correcta. Un desarrollo sostenible es urgente, pero no imposible.


La opinión expresada en esta entrada de blog es de exclusiva responsabilidad de su autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Pacto Global Red Colombia.

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Miércoles, 01 Mayo 2024