Nacemos siendo gobernados.  Regulados. Controlados. Algunos somos cuidados, educados y guiados. Otros entregados al dominio de la calle y de las circunstancias. Pero todos, nacemos incompetentes para liderarnos.

Así de dependientes, las figuras de liderazgo siempre aparecen, para modelar, para impulsar, para motivar o; para castrar, atemorizar y limitar. Algunos  lo hacen conscientes de semejante responsabilidad, otros, simplemente gobiernan según fueron gobernados. 

Lo interesante de esa realidad no está sin embargo en ese fenómeno que puede condenar o liberar, sino en el día en el que el ser humano se da cuenta de que aún con todas las barreras, normas, límites, estructuras, tiene el poder de ser autónomo para decidir cómo vivir; el momento en el que asume el poder de sí mismo como su único, verdadero y legítimo gobernante, y en consecuencia como el responsable de su propia vida.

Pero no es tan sencillo asumirlo… A veces parece más fácil dejar que otros o que las fuerzas indetenibles de las circunstancias nos gobiernen, pues hemos sido educados en un sistema que se asegura de que el gobierno resida en un palacio (además inaccesible) en el que unos pocos comandan la vida de sociedades enteras.

¿Pero qué tal si viviéramos en una sociedad de gobernantes? Si todos tuviéramos que hacer y presentar un plan de gobierno del espacio que lideramos, comenzando con la vida propia…. ¿Qué tal si construyésemos una sociedad en la que gobernar no significase mandar, sino servir? Una en la que todos asumieran su cuota de responsabilidad.

No gobernaría la anarquía, porque en procura del bien común, nos entenderíamos como parte de un todo, acuerdos de entendimiento y cooperación enmarcarían relaciones vecinales, y en las empresas los adultos responsables generarían sus resultados sin necesidad de tanta supervisión.

Si viviésemos en una sociedad de gobernantes, cada individuo crecería sabiendo que el gobierno de su mente, de su corazón y de su cuerpo es una responsabilidad que le ha sido confiada por El Soberano, por Aquel que le eligió para presidir nada más y nada menos que una vida.

Fuiste electo para gobernarte, recursos, dones y talentos te fueron entregados, ya es hora… ¡Asume el poder carajo!

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