La inclusión, además de necesidad es una obligación

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Artículo publicado originalmente en "Colombia Empresarial Inclusiva | 1a Edición", en este enlace

Por: Mauricio López González - Director Ejecutivo Red Colombiana del Pacto Global

Los seres humanos, en parte, aprendemos por la imitación. Por eso existen los acentos en los idiomas; la manera de cómo relacionarse con los demás; la forma cosmogónica de ver la vida; la interacción con la naturaleza; la alimentación; los gestos; en fin, todo lo que nos rodea.

Los pioneros rompen moldes cuando se aventuran a pasar la frontera invisible de la comodidad, y el del “siempre ha sido así”, para dar pasos en caminos que no siempre fueron transitados, o en su defecto, temerosamente vistos.

Podemos decir, sin duda, que la iniciativa de Pacto Global ha sido pionera y ha tratado al poner las buenas prácticas como ejemplos para avanzar, desde hace dos décadas, en el terreno del empresariado comprometido en Derechos Humanos, Estándares Laborales, Protección Ambiental y Lucha contra la Corrupción.

Pero no siempre ha sido fácil; continuamente los avatares de la economía se atraviesan en los programas que las empresas y organizaciones van desarrollando con recursos limitados en los temas de sostenibilidad. Y donde antes teníamos indicadores que mostrar, viene una pandemia con sus consecuencias devastadoras en el aparato productivo y retrotrae dichas mediciones en diez o quince años. Este contexto genera frustración e impotencia. Pero el desánimo no puede convertirse en el patrón de conducta.

Se dice, con razón, que para cambiar a una sociedad se requiere educar a las abuelas, significando con ello que se tarda alrededor de dos generaciones para afianzar nuevos procesos culturales. Y bajo ese entendimiento, uno de los tópicos que merecen una atención particular, corresponde a la equidad de género y a la inclusión como elementos esenciales de una nueva visión de sociedad.

Más de la mitad de la población mundial está compuesta por mujeres, adolescentes y niñas, y el ODS 5 busca lograr la igualdad entre los géneros y empoderarlas para lograr afianzar su participación activa en todos los aspectos de la sociedad. Pero no basta con los programas de equidad de género. Hay que avanzar en la inclusión como elemento central del respeto profundo por los Derechos Humanos de todas las personas; no hay nada más odioso e injusto que marcar la sociedad en etiquetas. Como decía Unamuno, “aborrezco toda etiqueta; pero si alguna me habría de ser más llevadera es la de ideoclasta, rompeideas.” Y por eso el ODS 10, REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES, plantea claramente que hay que garantizar la igualdad de las oportunidades y reducir la desigualdad, en particular, mediante la eliminación de las leyes, políticas y prácticas discriminatorias.

Los Derechos Humanos, reconocidos por todos, nos indican que somos iguales ante la ley; por lo tanto, nada más cercano a Pacto Global y su ideario, que el impulso decidido hacia la promoción de la igualdad y su apuesta por la inclusión y no discriminación.

Por eso, desde la Mesa de Diversidad e Inclusión se promueve la presentación de buenas prácticas para que, a partir del EJEMPLO EMPRESARIAL, podamos referenciarnos y hacer una comparación para aprender lo que haya que aprender, ajustar lo que haya que ajustar y cambiar lo que haya que cambiar.

Cada caso es una muestra de lo que una organización hace. Con esta publicación se presenta positivamente una muestra del empresariado colombiano que, con sus programas de inclusión en diferentes aspectos, da vida a la Agenda 2030 de Sostenibilidad, con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible debidamente incorporados.



Artículo publicado originalmente en "Colombia Empresarial Inclusiva | 1a Edición", en este enlace

Fuente: PACTO GLOBAL RED COLOMBIA