Hidrógeno: presente y futuro

Una gran oportunidad para aprovechar aún más el potencial eólico y solar que tiene Colombia.

Por: Diego Mesa - Ministro de Minas y Energía

La transición energética en Colombia ya es una realidad. En agosto de 2018, el país tenía solo 2 proyectos de energía renovable no convencional: un parque eólico y una granja solar, que no sumaban más de 30 MW de capacidad instalada, es decir, menos del 0,2 % de la matriz eléctrica.

Tres años después, y tras haber creado uno de los marcos normativos y fiscales más atractivos en América Latina, incluido un innovador programa de subastas públicas, el país ya cuenta con 15 granjas solares y 7 proyectos de autogeneración a gran escala en 15 departamentos, más de 1.500 proyectos solares de autogeneración a mediana y pequeña escala, la primera planta de biomasa forestal y el primer piloto de generación eléctrica con geotermia, que suman más de 320 MW.

Adicionalmente, cerraremos el 2021 multiplicando por más de 20 veces la capacidad instalada que había en 2018, con la entrada en operación de otros 16 proyectos, incluido el primer parque eólico que se construye en el país en 17 años. Además, al finalizar el gobierno del presidente Duque, el país tendrá en funcionamiento o construcción cerca de 2.500 MW de capacidad instalada de nuevas fuentes de energía limpia, con lo cual la matriz de generación pasará del 0,2 al 12 % en solo 4 años. Esto sin contar los proyectos que se adjudiquen en la nueva subasta que está actualmente en curso.

La incorporación acelerada de las energías renovables no convencionales nos ha permitido dar un nuevo paso en la transición: el lanzamiento de la Hoja de Ruta del Hidrógeno, la cual trazará el camino para su producción y uso en los próximos 30 años.

El hidrógeno verde, así como el azul acompañado de tecnologías de captura, almacenamiento y uso de carbono, representa una gran oportunidad para aprovechar aún más el potencial eólico y solar que tiene Colombia. En el corto plazo, esperamos que el hidrógeno se utilice en la refinación de combustibles, el transporte de gas, la movilidad sostenible y la producción de fertilizantes y acero. Adicionalmente, en el mediano y largo plazo el desarrollo de este energético nos pondrá en mercados internacionales, en especial europeos y asiáticos, que ven en el hidrógeno una opción para descarbonizar sus industrias y apalancar un crecimiento económico ambientalmente sostenible.

Esta hoja de ruta, que contó con la asesoría de la firma de consultoría I-Deals y la financiación del Banco Interamericano de Desarrollo, marca el camino para desarrollar la producción de hidrógeno verde a precios altamente competitivos en mercados nacionales e internacionales. Igualmente, presenta acciones para fomentar el desarrollo de hidrógeno azul, como parte de la transición, aprovechando las reservas de carbón y gas natural, así como la incorporación de tecnologías de captura, almacenamiento y uso de carbono y otras emisiones.

Esta hoja de ruta es un aporte más del sector minero-energético al objetivo nacional de reducción de emisiones en un 51% a 2030 y la neutralidad de carbono a 2050, pues este energético aportará una reducción de entre 2,5 y 3 millones de toneladas de CO[CREDITO]2[/CREDITO] y abrirá la puerta para descarbonizar sectores como el transporte terrestre pesado, el transporte marítimo y fluvial, la aviación y grandes procesos industriales.

Finalmente, el hidrógeno también traerá aportes a la reactivación económica, pues su producción, exportación y uso habilitarán cadenas de valor que impulsarán la economía, atraerán una mayor inversión privada y crearán empleos de calidad. Los análisis iniciales estiman inversiones por más de 5.500 millones de dólares y la creación de 15.000 puestos de trabajo entre 2022 y 2030.

Desde el Ministerio de Minas y Energía continuaremos trabajando para seguir consolidando la transición energética, que es el legado que este gobierno dejará para el presente y el futuro de Colombia.

Fuente: El Tiempo